Más difíciles de encontrar
todavía son los dedales con esta coloración azul cobalto y con una de sus caras
facetada para colocar la pegatina con el motivo de dedal. Al final podrás ver algunos ejemplos.
Y lo que ya es prácticamente imposible es encontrar este tipo de dedales fuera de España.
DEDALES CON EL CUERPO COLOR AZUL COBALTO
Voy a introducir el tema con una pincelada de técnica cromática de la cerámica:
Sin voluntad de profundizar creo que tengo que contar algo sobre este color tan vistoso en la cerámica.
Según la web del ceramista
Rafael Galindo ( https://rafagalindoceramica.com/ ), el
aspecto, tonalidad e incluso textura de los esmaltes azules dependen del
cromóforo empleado, de la composición del esmalte y del tipo de cocción.
(Perdón por usar “cromóforo”.
Poner “sustancia que tiene
electrones capaces de absorber energía y excitarse a diferentes longitudes de
onda, absorbiendo unas y reflejando otras que nos dan la sensación de color”
era demasiado largo.)
El cobalto es un cromóforo muy
potente que se emplea para obtener colores azules. Las materias primas
habitualmente utilizadas para obtener azules por disolución del ion Co2+ en el
silicato fundido son el carbonato de cobalto (CoCO3), el óxido de cobalto (CoO)
y el cromato de cobalto (CoCrO4). El más fácil de disolver en agua es el
carbonato.
El óxido y el carbonato, los más usados,
permiten la obtención de azules con casi cualquier tipo de base: mates,
brillantes, opacas o transparentes. Con cantidades superiores al 0,5 % en peso,
el tono de azul logrado será, mayoritariamente, azul marino oscuro. Según W.E.
Matthes “el azul de cobalto a menudo es
más agradable a la vista si se suaviza añadiendo al mismo tiempo muy poca
cantidad de Fe2O3 o MnO2, CuO o NiO”.
Otra de las características
exclusivas de este tipo de dedales es que se decoran en tonos dorados. Pero
como ya he hablado mucho de colorantes, me guardaré unos datos sobre los
dorados en la cerámica para el final.
Ahora vamos a por los
dedales:
Química aparte, en mi
colección hay más de 40 dedales de este color y me ha costado mucho decidir
cómo agruparlos para poderlos mostrarlos de una manera más o menos ordenada.
He optado por hacerlo según el
motivo que se refleja en el dedal, así que los he agrupado en:
- -
Motivos y espacios religiosos
- -
Otros espacios y ciudades
- -
Heráldica
¿Te parece que empecemos?
Si encuentras dedales azul
cobalto hoy en día, es probable que lo hagas en la tienda de un espacio
religioso, por ejemplo en el Cabildo Metropolitano de Zaragoza como esta pieza
que me regaló una amiga en 2018:
Es una imagen a color de la
Virgen del Pilar de Zaragoza y mi amiga dice que está bendecida. Curiosamente
solo tiene dorados en el borde.
Las Vírgenes son motivo
frecuente en este tipo de dedales como se puede ver en los dos siguientes:
El de arriba, recuerdo de
Almería con la Virgen del Mar y un pequeño “Indalo” y el de abajo con la Virgen
de la Esperanza, procedente de Calasparra (Murcia)
También los hay de Santos y
Santas católicas.
Si has viajado a Alba de
Tormes (Salamanca) y eres coleccionista de dedales, tienes que comprar uno de
Santa Teresa de Jesús:
Otros edificios religiosos
también aparecen en este tipo de dedales: catedrales, iglesias y
hasta monumentos religiosos con marcado carácter político. Como ejemplo os
presento las fichas de las catedrales de León y Segovia, la Real Colegiata de
Santillana del Mar y el Monasterio de la Santa Cruz del valle de los
caídos.
Pero guardamos el dorado para
el final. Ahora seguimos con otros espacios y lugares no religiosos que también
han elegido para sus dedales de recuerdo el fondo azul cobalto y, la mayoría,
los motivos dorados.
En mi colección los hay de
espacios y parques de naturaleza como Benasque (Huesca), Picos de Europa (Cantabria) y Ayna (Albacete) con sus cabras “come
almendros”:
Seguimos.
Otros, como este dedal de
Huesca, eligen un motivo tan simple como unas flores (quizá “edelweiss”) para
ser representados:
Tampoco faltan los recuerdos de un sitio turístico como Calas de Conil, comprado en Conil de la Frontera (Cádiz), que lleva un símbolo tan sencillo y sugerente como un pequeño velero:
Y los hay que eligen como motivo un monumento famoso de la ciudad.
Un ejemplo es el dedal de
Trujillo (Cáceres) con la imagen de la estatua ecuestre de su paisano Francisco
Pizarro:
En otros casos, las imágenes seleccionadas para representar a la ciudad son Monumentos Históricos como la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada, la cueva de Altamira, el Acueducto y el Alcázar de Segovia y el puente romano y la catedral de Salamanca.
Creo que es interesante leer las observaciones de las fichas para conocer un poco más sobre el motivo seleccionado.
¿Seguimos?
La entrada de hoy se está
haciendo larga, pero creo que vale la pena aguantar un poco más para valorar
cómo determinadas ciudades se hacen representar por su escudo heráldico.
Como ejemplo, los cinco
siguientes dedales de Ávila, León, Salamanca, San Vicente de la Barquera
(Cantabria) y Valencia.
En las fichas encontrarás la
descripción heráldica de los escudos y alguna curiosidad.
Acabamos. Al principio de la entrada de hoy hablé sobre unos dedales cobalto/dorado con una cara facetada. Por no cansar pongo solamente tres ejemplos de La Rioja:
1. Logroño, con la concatedral y el monumento ecuestre a Espartero (recordar los atributos del caballo cantados por el grupo Mecano en la canción "El caballo de Espartero")
2. Logroño (escudo heráldico)
3. Escudo heráldico de La Rioja, diferente del de la ciudad de Logroño.
😀
Gracias por llegar hasta aquí.
Espero haberte entretenido.
Pero lo prometido es deuda: por si queda alguien interesado en los dorados en la cerámica, unas pocas notas:
LOS DORADOS EN LA CERÁMICA
EL PROCESO ANTIGUO:
Según la web de Rafael Galindo citada arriba, una vez extraída y purificada la arcilla secándose al sol para evitar futuras grietas, entraba en la primera cochura (cocción). A la
primera galleta, llamada juaguete, se le aplicaba el vidriado: barniz blanco a
base de plomo y estaño, y la decoración en azul cobalto.
Tras este primer esmaltado pasaba a la segunda cochura,
alcanzando 990 grados. Tras ella, una vez enfriada, se le daba a la pieza
el dorado con una mezcla de sulfuros de cobre y plata,
disueltos en vinagre y aplicados con pincel. Entraba por fin en la tercera
cochura a una temperatura inicial de 650 grados, bajando luego a quinientos.
LOS DORADOS EN LA CERÁMICA DE MANISES
La loza dorada puede considerarse uno de
los productos más singulares y reconocidos de la cerámica valenciana de Manises
si bien originalmente imitaba las producciones malagueñas en perfiles y
decoraciones.
Manuel González Martí (cuyo Museo en el
Palacio del Marqués de Dos Aguas en Valencia recomiendo visitar) y otros
especialistas han estudiado y publicado sobre la producción de cerámica con
reflejo metálico que dio fama europea a las alfarerías de Manises
Según la web “manises ciudad de la cerámica” (https://manisescityofceramics.es/la-ceramica-de-reflejo-metalico/)el reflejo metálico es una técnica cerámica que se fabrica en Manises desde el siglo XIV. Las primeras referencias escritas que se conocen (1326) la describen como «opus aureum», es decir, obra dorada.
Gozó de un amplio reconocimiento en el ámbito
europeo ya que el libro de fray Francesc Eiximenis "Regiment de la Cosa Publica" (1383), que glosa las maravillas de Valencia, menciona: «Pero sobre todo es la
belleza de la obra de Manises, dorada y pintada de forma magistral que ya ha
enamorado a todo el mundo, de modo que el papa, los cardenales, y los príncipes
del mundo por su especial gracia la solicitan y se maravillan de que de tierra
pueda hacerse obra tan excelente y noble».
El reflejo metálico es
una fina película de partículas metálicas que se forma sobre el vidriado
cerámico y en el caso de Manises, tradicionalmente, sobre un esmalte de plomo y
estaño. En la loza valenciana se preparaba con un pigmento que contenía plata y
cobre, cinabrio y almagre, todo disuelto en vinagre, se pintaba con pincel o
una pluma de ave y se cocía con gases reductores.
El reflejo metálico de Manises fue una loza costosa que en época medieval llegó hasta Fustat, Crimea, Moscú, Copenhage, Bergen y América (con Cristóbal Colón). Fue encargada por reyes de Aragón, Sicilia, Castilla o Francia, por nobles de toda Europa, por mercaderes italianos o por papas y cardenales, y continuó como la loza más admirada de cuyo secreto estaban orgullosos los alfareros de Manises.
A finales del siglo XVIII, Alcora recogió la
fórmula y la incorporó a sus recetas como «dorado de Manises» (1749).
Hoy en día Manises mantiene el reflejo metálico como una seña de identidad.
Me gustaría aquí recordar mi colección de dedales
fabricados en la Escuela de Cerámica de Manises con sus reflejos metálicos tan
famosos:
Y es todo por hoy.
Espero no haberte cansado
demasiado y que te haya servido como distracción o divertimento.
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